Miguel Angel Núnez
Mates, 02/03/2010
Años de denuncias, eventos y reuniones con infinidades y con-probados documentos e investigaciones en su mayoría subestimadas, para terminar imponiéndose la realidad que todavía, para muchos nos cuesta imaginarnos, la severidad o profundidad de los cambios climáticos producidos por los gases de efectos invernadero (GEI).
Cambios-consecuencias que directa e indirectamente tienen efectos en el actual modelo de producción agrícola y de ganadería que amenaza la seguridad y soberanía alimentaria. Frente a estas condiciones o cambios existentes la actividad agrícola que naturalmente depende de factores básicos climatológicos tales como: agua, luz y temperatura; y en sus distintas e impredecibles variabilidad de fluctuaciones a corto y a largo plazo de las pautas del clima, están haciendo que se reduzca drásticamente el rendimiento de las cosechas. En Venezuela ya oímos quejas, en varios cultivos permanentes: los productores de cacao en Barlovento; su última cosecha a finales del 2009 sus rendimientos bajaron, se observaron problemas-retrazos en la floración y fructificación del cultivo. Algo similar ha sucedido con el café en varias zonas por la des-regularización en la floración, mermando considerablemente los rendimientos-cosechas en los últimos dos años. En sectores esparcidos la fructificación de los mangos del estado Cojedes se adelantó 5 meses. En el aguacate, guanábana, toronjas del sur del lago también ha ocurrido algo similar. En los paramos merideños la papa con la severa sequía, ha hecho que se comporte menos resistente al ataque de plagas, en la actualidad la polilla guatemalteca de bajas latitudes ha tomado los sembradíos de la papa. Así ocurre con otros vectores como las chiripas que debutan en los hogares parameños. Otro cultivo que merma su calidad organoléptica por la sequía es la zanahoria y por las cortaduras del fruto por lo compacto del suelo. También se han observado problemas de floración en hortalizas, en el brócoli ahora es más rápido. Estas empíricas observaciones recogidas evidentemente tienen que ver con los impactos que se esperaban por los cambios climáticos. Por ejemplo: el aumento de la temperatura media que se traduce en un acortamiento de los ciclos de vegetación, ello afecta la producción (desarrollo más rápido y disminución del crecimiento); el aumento de la frecuencia de las temperaturas elevadas es nefasto para las producciones. Se cree que las altas temperaturas producen en las plantas un efecto conocido como estrés térmico, crecen menos y también producen menos. En algunos casos las plantas no producen nada en absoluto porque las temperaturas excesivamente altas causan la esterilidad del polen (disminuyendo la capacidad reproductiva masculina de las plantas). Otro impacto recogido y esperado es la expansión hacia otras altitudes de los insectos, agravando el riesgo de las cosechas y los subsecuentes problema ambientales que por sus tratamientos nos dejan.
La agricultura industrial presiona en aumentar los procesos de des-forestación (ahora con más demanda por la proliferación de los agrocombustibles) su base ha sido un uso intensivo de agrotóxicos degradando el suelo y destruyendo los recursos que son fundamentales para la fijación de carbono, como los bosques y el resto de ecosistemas. Como lo demuestra en su informe el Greenpeace más del 50% de todos los fertilizantes aplicados a los suelos se dispersa en el aire o acaba en los cursos de agua. Uno de los GEI más potentes es el óxido nitroso (N²O), con un potencial de producción de calentamiento global unas 296 veces mayor que el CO². El empleo masivo de fertilizantes y las emisiones resultantes de N²O representan el mayor porcentaje de contribución agraria al cambio climático: el equivalente a 2,1 mil millones de toneladas de CO² cada año. Además, la producción de fertilizantes, que es deficiente energéticamente y muy demandante, suma otros 410 millones de toneladas equivalentes de CO². La segunda mayor fuente de emisiones agrícolas es la ganadería. Al digerir los alimentos, los animales producen grandes cantidades de metano CH⁴, un potente GEI. De mantenerse el actual aumento de consumo de carne, las emisiones de metano seguirán creciendo y lo harán durante las próximas décadas. Las ganaderías vacuna y ovina tienen un elevado impacto sobre el cambio climático. Cada kilo de vacuno producido, por ejemplo, genera 13 kilos de emisiones de carbono; en cuanto al kilo de cordero, genera 17 kilos de emisiones. (Greenpeace). Enfatizan estos legendarios guerreros ecológicos que la contribución total de la agricultura al cambio climático, incluyendo la deforestación y otros cambios de uso del suelo, se estima en 8,5 a 16,5 mil millones de toneladas de CO² equivalente (entre 17 y 32% de todas las emisiones de GEI producidas por el ser humano). Contrario a estas emanaciones la producción de CO² pudiese tener efectos positivos en los procesos de fotosíntesis de las plantas.
Todos estas consecuencias-cambios climatológicos son irreversibles. Debemos convivir con ellos y prepararnos para los distintos y disímiles procesos de re-adaptación de los tantos procesos agrícolas.
Los modelos de proyecciones del cambio climático hacia un calentamiento global que se estaría dando progresivamente entre los próximos 30-40 años, va ha producir efectos importantes en la agricultura del planeta. No solo afectará la biología (positiva o negativamente en referencia a su producción), sino que hará variar los componentes socio-económicos y ecológicos de las regiones que sustentan las actividades agrícolas. Como Watson(1997) dice hace mas de una década: el o los efectos de los cambios climáticos en la agricultura mundial no debe verse a la luz de de la influencia negativa o positiva del cultivo y sus alrededores, es sino en el contexto de los nuevos desarrollos económicos, lo cual hará que unos países sean vulnerables al cambio climático, pero con buen nivel de desarrollo, respondan mejor a las adaptaciones que aquellos que no posean recursos suficientes de inversión, cuya tasa de crecimiento sea baja y que experimenten un crecimiento poblacional y una alta degradación ecológica.
Luce imperativo aceleradamente avanzar en sustanciales cambios y procesos de re-adaptación de la producción agrícola-ganadera. Se trata de transformándolos radicalmente hacia las practicas agroecológicas que han demostrado pueden mitigar considerablemente los impactos de los GEI. Para ello es necesario avanzar y definir políticas para la soberanía y seguridad agroalimentaria desde la visión agroecológica. En el entendido que esta, definitivamente debe constituirse como política de estado. Bien articuladas a la superación de otras realidades que todavía hacen vida en nuestro proceso revolucionario agrícola. La formación, e investigación en las nuevas áreas del conocimiento agroecológico; la re-fundación de instituciones; la innovación tecnológica y la información; la dotación de insumos biológicos y la infraestructura adecuada; la programación agroecológica de siembras; una mejor gestión de los recursos de agua; la creación de nuevos mercados solidarios; la superación de las trabas cleptocráticas y burocráticas decadentes. En fin todo un sentido complejo de interrelaciones que hacen más difícil que las personas excluidas y aisladas que viven en regiones semi áridas y áridas de la agricultura puedan hacerle frente a las consecuencias del cambio climático en la agricultura.
Hacia Cochabamba. Con el animo de debatir lo tanto pendiente y por el avance del sector agroecológico venezolano, desde el pasado 13 de Enero se encuentra en internet, la información sobre un singular evento que se prepara en la ciudad de Mérida para el 20 de marzo. Se trata de la Cumbre Nacional de Los Movimientos Sociales en el Impulso de La Conferencia Mundial De Los Pueblos Sobre El Cambio Climático y Los Derechos De La Madre Tierra a realizarse en Bolivia en el próximo mes de abril.
La Cumbre merideña esta siendo organizada por el IPIAT, CEPSAL y CFI. Se orienta en elevar dos temas que son transversales a los de la Cumbre de Bolivia: los derechos emergentes de la Pacha Mama y el papel de la agroecología en los cambios climáticos. Temas que fueron propuestos por las organizaciones anteriores, para su valoración ante el evento de Cochabamba.
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